Bendito Atlántico de tibias aguas, que bañas parajes enamorados, donde Grisell deleita a sus amigos, escribiéndonos sus romances diurnos y nocturnos que no se cansan en estar es sus brazos sintiendo la magia de sus letras. Nosotros desde el otro lado de Charco, envidiamos su Sol, su arte y sus ganas de vivir.Un abrazo poetisa... Que grato viajar en tu patria gracias a tus versos.
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